Transcribimos el siguiente texto redactado por nuestro miembro de número José Guglielmo, que abarca el paso de Manuel Belgrano por Flores y valiosos datos sobre el vínculo de sus familiares con nuestras tierras.
MANUEL BELGRANO EN SAN JOSE DE FLORES
El 16 de
noviembre de 1811, el entonces coronel Manuel Belgrano es comisionado para ir
al frente del regimiento Nª 1 de Patricios, a fortificar y defender el área del
Paraná, en las inmediaciones de la Capilla del Rosario, constantemente
amenazadas por incursiones realistas en procura de alimentos para la sitiada Montevideo.
Recién asumido Belgrano la oficialidad se muestra disconforme con el nuevo jefe
en reemplazo de Saavedra, su comandante histórico. También rechazaban la condición de soldados regulares que se les
imponía. Belgrano aplicó medidas disciplinarias, entre ellas ordenó el corte de
la trenza que orgullosamente lucían. La insubordinación hizo crisis el seis de diciembre originando el llamado Motín
de las Trenzas, el que fue reprimido a fuego. En ese contexto debió asumir la
comandancia Belgrano, con cuya intervención se aplacaron los ánimos, se
restañaron heridas y se restauró la disciplina mientras organizaba la expedición
a Rosario. Esta estuvo constituida por 800 hombres de infantería, un escuadrón
de caballería, artillería volante y un convoy de 16 carretas para transportar cañones,
municiones, pólvora, tiendas y otros abastos. Parte de Buenos Aires el 24 de
enero de 1812 y llega al Rosario el 7 de febrero. Veamos como Belgrano describe
las alternativas del viaje en el diario de la marcha:
“Día 24 de enero: “En la mañana de este día se cargaron las diez y seis carretas que se
nos señalaron con las municiones, tiendas de campaña, vestuarios y útiles de
las diez Compañías del Regimiento, y asimismo la Caja de los caudales y la de
Capilla en el mejor orden posible, dejando señalada la hora de las 4 de la
tarde para la reunión de la tropa en el Cuartel a fin de emprender la marcha”
“A la expresada hora se tocó asamblea, y
después de darse las providencias oportunas, y repartir los chifles que se
adoptaron para cantinas, se puso en marcha el Regimiento a las 5 1/2 con
destino a San José de Flores para donde había mandado las Carretas en la
mañana, y a cuyo punto ordené que se llevase el ganado, y que el Subteniente
Anglada a quien di orden de que se adelantase, buscase la leña suficiente para
cuando llegásemos: asimismo mandé el Capitán Forest con el Cadete Díaz para que para que delinease
el Campamento a fin de que la tropa levantase las tiendas luego que llegase al
punto.”
Cuando
Belgrano hace referencia al cuartel, este era entonces el Colegio de San
Carlos, hoy Nacional Buenos Aires, lugar donde se estableció el Regimiento de
Patricios luego de la Reconquista de Buenos Aires. No nos dice a qué hora
partieron las carretas pero es de suponer que fue temprano. La razón por la que
Belgrano empleaba esos horarios era evitar los momentos más calurosas de las
jornadas de enero. Luego agrega:
“Siguiendo la marcha, hicimos alto en los Corrales de
Miserere para que se proveyera la tropa de agua, y tomase aliento; allí fuimos
bien acogidos por el Rdo. Padre Fray Isidro Viera que está al cargo del
Hospicio de los Padres Mercedarios, y después de una media hora de descanso
continuamos la marcha hasta el Campamento de San José: el camino en la mayor
parte es bueno; pero tiene pasos que en tiempos de agua deben ser intransitables
para marchar a pie. A las 9 de la noche llegamos al punto indicado, y
habiéndose mandado formar en batalla, se dieron las órdenes de que por
Compañías señalase cada Capitán los que habrán de ir a levantar las tiendas; se
previno que los fogones se establecieran a sotavento del campamento, y se mandó
formar la guardia de prevención, situándola en el punto que se conceptuó más
aparente, dándole la orden de que estableciese centinelas al redor [sic] del
Campamento, que no deberían permitir saliera alguna persona de él, sin previo
permiso mío. Levantadas las tiendas y recogidos a ellas las Compañías, por su
orden, luego que cenaron, se tocó la retreta, y todo permaneció tranquilo. Se
mataron 8 reses”
Obviamente
Belgrano escogió el camino de las postas para llegar a Rosario, el que en la
salida del viejo Buenos Aires era el Camino Real, hoy Av. Rivadavia. Señala la
parada en el Miserere para aprovisionarse de agua y descanso de la tropa. El
asegurarse contar con agua es de obvia importancia y por ello sigue el camino
de las postas, todas ellas levantadas en las cercanías de un curso de agua En
cuanto al descanso de la tropa, era de vital importancia cuidar la reposición
de fuerzas si recordamos que el contingente estaba formado por infantes y por
añadidura mal calzados. Haciendo gala de sus conocimientos observa que hay
parajes que pueden tornarse intransitables en época de lluvias. Tenemos documentación
sobre las vertientes en la hoy plazas Congreso y Miserere, al igual que
inundaciones a la altura de la Av. La Plata y de Centenera. No precisa el lugar
que escogió para acampar en Flores, pero debió ser fuera del caserío. Un
detalle no menor es el señalar el destaque que hace de la buena acogida por “Rdo. Padre Fray Isidro Viera que está al
cargo del Hospicio de los Padres Mercedarios”. En la vida de Belgrano sus
vínculos con esta orden religiosa se reiteran, sin que por ello desatendiera sus obligaciones en de Orden del Tercio de Santo Domingo, al cual pertenecía.
Día 25 de Enero: “No siendo posible continuar la marchar por deberse tomar varias
disposiciones para el mejor arreglo de ella, mandé que la tropa trabajase por
el espacio de una hora; y concluido, repartí los Cuadernitos de las
Obligaciones del Soldado, etc., para que se lean en las Compañías en los ratos
que los permita el servicio; y se dispuso que se trajera el ganado para que
comiera la tropa. Este punto presenta buenas proporciones para campar, sin
embargo de que la agua es de los pozos que tienen los vecinos bastante regular,
y de que la leña solo puede obtenerse de los acopios que ellos mismos hacen;
también podría servir para situar una gran guardia que con observación por
todos los caminos que se hallan a pocas distancias, y los que vienen a incidir
en él, averiguase el Jefe la clase de personas que entran y salen en la Capital,
de cuya noticia se carece con bastante detrimento de la buena policía”.
En la
descripción del primer día en Flores, Belgrano habla de algunas disposiciones
militares como la distribución de cuadernillos de instrucción. Este acto muestra
que a pesar que no ser militar de carrera, era capaz de cuidar todos los
detalles de una buena organización y conducción castrense. Destaca el lugar
como adecuado para acampar pero se queja de la calidad del agua de pozo, única
alternativa por entonces. Este problema se reiterará en varios puntos donde
hizo paradas. Sugiere la conveniencia de establecer “una gran guardia”… “por todos los caminos que se hallan a pocas
distancias”. Aquí su aguda observación le llevan apreciar que el Camino Real no era
la única salida de Buenos Aires, tanto hacia el litoral, como al norte y a
Cuyo. Que además tomando al norte por la hoy calle Segurola se llegaba al Monte
Castro y continuando se alcanzaba el hoy pueblo de San Martín, donde se
encontraban las prósperas estancias de los franciscanos y mercedarios, y siguiendo
por la vieja ruta Nº 8, se acortaba distancias y se evitaba Luján. A un
kilómetro al norte, estaba el Camino de Gauna, hoy Av. Gaona, también llamado
Camino al Monte Castro, el que partía desde Miserere y se continuaba hacia el
oeste pero enfrentaba los bajíos de Liniers-Ciudadela. Estaba más cercano el
camino a Los Tapiales, hoy Av. Juan Bautista Alberdi, que partía desde el
corazón de Flores y se proyectaba hacia las grandes estancias situadas al
sud-oeste del pueblo. Y no olvidemos que la hoy calle Curapaligüe fue el primer
acceso al depósito de pólvora en el actual Parque Chacabuco, cuya denominación
era “camino de la pólvora". (No confundir con el “camino del polvorín” que es la actual calle Emilio Mitre). Otra
observación es la escases de leña, por cierto una gran carencia en el área bonaerense,
al igual que la piedra.
“El Pueblo empieza
a formarse: la Iglesia aún no está concluida; su largo 20 varas, ancho 8 1/2: a
las cercanías de ella hay de 16 a 20 familias; son contados los edificios que
hay de material: a las inmediaciones hay Quintas pertenecientes a vecinos de la
Capital, con plantíos de durazno, y algunas huertas: según se me ha instruido
el Curato tiene legua y 3/4 de jurisdicción y los feligreses que la ocupan son
1700: bautismos 180 al año y casamientos 20: es de admirar que la población no
esté ni en razón de 10 a 1 con los bautismos. El Alcalde Don Juan Pablo Cruz se
me presentó avisándome que tenía orden del Excelentísimo Gobierno para
auxiliarme en lo que fuese necesario, y se me ofreció; igual oferta me ha hecho
el Señor Cura Don Miguel García”.
Aquí
aporta una fiel descripción del pueblo en formación. El comentario sobre la
iglesia corresponde al segundo local construido a partir de 1809 con ladrillos
cocidos, con avance difícil por falta de fondos, siendo el referido párroco padre
Miguel García quien acometió la empresa al hacerse cargo de la parroquia en
1808. Cuando la visitó Belgrano estaba aún sin terminar. Este templo es el
segundo que tuvo Flores, si consideramos al original y efímero que solo fue un
rancho de adobe y paja, razón por la cual el que vio Belgrano se lo denomina el
primero. Recordemos que el curato fue creado en 1806 y los cinco primeros lotes
se vendieron en 1808 y magras fueron las ventas hasta bien entrado el 1810, año
en que el Cabildo crea el partido de San José de Flores, siendo su primer
alcalde Don Antonio Millán, verdadero organizador y desarrollador del
pueblo. Ello explica la descripción de
Belgrano sobre las casas ya que salvo la levantada en los terrenos de Don Juan
Diego Flores y alguna otra, todas eran de adobe y paja usadas por el personal
que trabajaba las quintas. Es de señalar que los durazneros que menciona Belgrano
no todos eran de frutos cosechables, ya que se plantaba una variedad para leña
que hoy en las Sierras de Córdoba se le conoce como “duraznero de palo”. Debe reparase
en la aguda observación social que realiza al cotejar los bautismos,
casamientos y población total.
“A las 4 de la
tarde di la orden de marcha, y en esa hora recibí tres Oficios del Señor Jefe
del Estado Mayor; dos de ellos son referentes a las penas impuestas por S. E. a
los desertores, y acerca de la mejor disciplina. Formadas las tropas mandé que
[hay una palabra tachada] [entrelineado: que hicieran] el círculo, y en él les
hablé como aparece del papel número 1° y enseguida la orden acerca de
desertores número 2º de que ya hay referencia; concluido el acto manifestó la
gente su contento con una aclamación general de Viva la Patria. Minutos antes
de las 6, se marchó; el camino es excelente, y tiene los recursos de agua en
los pozos de las casas: hicimos alto por tres veces en que emplearíamos 3/4 de
hora; y llegamos al punto señalado para campar llamado de la Cañada de Morón, a
las inmediaciones de la panadería de Dn. Francisco Rodríguez, a las 11 de la
noche. Se desplegó en batalla; se señaló la guardia, y levantadas las tiendas,
la gente cenó y, sin más novedad se tocó la retreta”.
Belgrano,
luego de cumplir obligaciones de su cargo frente a la tropa, dispone la partida
a las 16:00 del día 25 de enero, rumbo a puente Márquez. En una estancia de19
horas acampó, pernoctó, visitó el poblado en formación, departió con las autoridades
lugareñas e instruyó a la tropa. Todo un ejemplo de diligencia y buena
conducción.
Addendum
Existe en San José de Flores un vínculo de Manuel Belgrano con el barrio a través del hermano Joaquín. Este siempre estuvo cerca del prócer al igual que la hermana Juana. Muestra de ello es que le confiara la confección del bastón definitivo para la Virgen de la Merced y cuando lo designa tutor judicial de Manuela Mónica Belgrano, hija natural del prócer. Recordemos el buen juicio que Belgrano dejó a su paso sobre el futuro del naciente pueblo en 1812, en el que su hermano Joaquín aparece como vecino de Flores en el censo de 1825. Desconocemos cuánto pudo haber influido la opinión de Manuel Belgrano en la decisión de Joaquín, pero lo que conjeturamos es que fue su propia visión de comerciante lo que llevó a Joaquín a ello. Éste y el hermano Francisco fueron los únicos que siguieron la tradición de su padre y amasaron una importante fortuna, todo lo opuesto a Manuel. La pregunta es: cuándo Joaquín compra una quinta en Flores, para la cual no tenemos la respuesta, pero aceptamos que fue luego de 1812. Por aquellos tiempos otras distinguidas familias patricias, también compraron tierras en el Pueblo de Flores especulando con la valorización de la tierra. Joaquín nació en Buenos Aires en 1773 y fue bautizado como Joaquín Cayetano Lorenzo Belgrano. Fue funcionario del virreinato y del gobierno patrio en diferentes cargos políticos. En 1825 fue electo diputado por el pueblo de San José de Flores para el Congreso Constituyente de 1826. Falleció en su finca de Flores en 1844. Dónde estaba esa quinta, no lo sabemos.
Otro
portador de la estirpe Belgrano en San José de Flores fue Pedro Rosas y
Belgrano, hijo natural de Don Manuel y de Dña. María Josefa Ezcurra. Fue
adoptado como huérfano por Juan Manuel de Rosas y su esposa Encarnación
Ezcurra, hermana esta de María Josefa. Pedro Rosas y Belgrano agrega a su
apellido el del prócer fundador de la Patria, cuando cumple 20 años, momento
que su padre adoptivo le da a conocer su origen. Don Pedro fue militar y
estanciero, En cuanto a su presencia en San José de Flores es una tradición
histórica, la que seguramente se basa en que Bernardo de Irigoyen compra a
nombre de Pedro Rosas y Belgrano una quinta en lo que hoy es el parque
Rivadavia y aledaños. A la muerte de Pedro Rosa y Belgrano en 1863, la quinta
es adquirida por Ambrosio Lezica.
Fuentes consultadas:
Diario de Marcha del Coronel Belgrano a
Rosario. Versión digital y comentada por
Instituto Nacional Belgraniano.
San José de Flores del Reparto de las
Tierras al Barrio Actual por Arnaldo José Cunietti-Ferrando.
Ed JEH SJF.
Belgrano por Mario Belgrano. Ed. Espasa
Calpe
Nuevo Diccionario Biográfico Argentino
por Vicente Osvaldo Cuttolo. Ed Elche, tomos I; IV y Vi
José
Guglielmo
Junta de Estudios Históricos de
San José de Flores
Abril de 2020, revisado 17 de
junio de 2023
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